La apnea del sueño es un trastorno grave del sueño. Las personas que tienen apnea del sueño dejan de respirar durante 5 a 30 segundos por vez mientras duermen.
Estas interrupciones breves en la respiración pueden suceder hasta 400 veces cada noche y pueden perturbarle el sueño, pasando de un sueño profundo a un sueño ligero. Al volver la respiración a la normalidad, a veces lo hace con un ronquido fuerte o con un sonido parecido al que una persona hace cuando se atraganta.
Por esta razón, el sueño es de mala calidad y se siente cansancio durante el día. Ademas del cansancio, esta enfermedad puede generar los siguientes síntomas y enfermedades:
Trastornos cardiovasculares: hipertensión arterial, arritmias, angina de pecho e infarto de miocardio o cerebral.
Trastornos psicológicos e intelectuales: dificultad de atención-concentración, depresión nerviosa y disminución de la libido. También son frecuentes continuos cambios en el estado de ánimo, ansiedad, dolor de cabeza (sobre todo por la mañana) e irritabilidad.
Para realizar su diagnóstico, se lleva a cabo un estudio de sueño, también llamado polisomnografía. En ella se realizan registros de: flujo del aire, esfuerzo ventilatorio, la oxigenación sanguínea, la frecuencia cardíaca y si es posible, también las fases del sueño por las que pasa el paciente. Además de diagnosticar el trastorno, este estudio permite clasificar la severidad de la apnea.
El tratamiento es multimodal y se basa en realizar modificaciones al estilo de vida del paciente, por ejemplo: evitar el alcohol antes de dormir, no tomar medicamentos que relajen el sistema nervioso tales como sedantes y bajar de peso. Ademas, se disponen de técnicas quirúrgicas y de dispositivos que ayudan a mantener la vía aérea abierta, tales como:
Aparatos de presión positiva continua (CPAP): consiste en una máquina que expulsa aire a presión y que está conectada a un tubo con una mascarilla facial. Utiliza la presión del aire para empujar la lengua hacia adelante y abrir así la vía. Ayuda a desaparecer los ronquidos nocturnos y la somnolencia durante el día.
Procedimientos quirúrgicos:
La cirugía se realiza sobre el paladar, faringe, maxilar y base de la lengua, dependiendo de cada caso y puede ser una alternativa para aquellas personas que no son capaces de adaptarse al tratamiento con CPAP o que tengan una apnea muy severa.